Cabeza de Guirnalda pidió la canción en el pequeño barcito
de madera
frente al mar.
Había llegado temprano y el fin de semana anterior, él y el dueño
habían amanecido tomando
“Ron Damón” en casa de una astróloga. Ya eran amigos, ya había confianza.
“Ron Damón” en casa de una astróloga. Ya eran amigos, ya había confianza.
Minutos después llegaron las nórdicas con las trenzas doradas
y los muslos y hombros rosados
por el día en la playa. Hubo que cambiar la
música…
KABANG!!!
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