Todos bailaban el baile del esqueleto haciendo énfasis en el famoso estribillo
de la canción.
Cabeza de Guirnalda observaba desde una mesa con una botella de
agua mineral,
él quería participar, pero era una fiesta ‘tenencia’ y a él no le
gustaban las celebraciones
con los recursos que luego faltarían en las sonrisas
de los niños.
Sólo observaba y se cuestionaba:
A)Reprimirse
B)Disfrutar el momento
Eligió la segunda, pero cuando iba a comenzar a desvestirse,
comenzó el terremoto.
¡¡¡Ay coño!!!
Afuera las alarmas de los Ferraris y todoterrenos se
activaron.
Pronto el pomposo salón se llenó de pánico...
“¡¡¡Mantengan la calma!!!”
se escuchó la voz de una mujer con don de mando. Cabeza había escapado por una
ventana.
Una vez afuera, la tierra dejó de temblar. Todo se calmó, hubo un
silencio.
Luego salió una majestuosa luna llena de esas de portada de
National Geopraphic,
que pronto fue eclipsada y sudestada por la enorme cabeza de
la bestia.
Napócola se había despertado.
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