Se escuchó una voz dulce como una flauta.
“…CotopaAaxiiií…”
El Hada Degenerada abrió sus ojitos asueñados y se dió
cuenta
que ya no estaba acostada en su hamaca en la paradisíaca playa.
Estaba
amarrada a una silla de tortura medieval en un oscuro
y húmedo calabozo de
piedras grises.
“…Cotopaxi…”
Se volvió a escuchar la voz dulce...
Se volvió a escuchar la voz dulce...
El Hada giró la cabeza en todas direcciones, no vió a nadie
pero supo de que se trataba, y aparentado no estar asustada dijó:
pero supo de que se trataba, y aparentado no estar asustada dijó:
-"Por qué no me enseñas tu cara para poder rompértela bruja
de mierda.”
-“¿Me vas a romper la
carita hadita?”- Respondió la voz dulce.
-“Déjame ir y quizás te
perdone.”
El Hada estaba en serios problemas.
“…CotopaAAAaaaxiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiií…”
La voz dulce comenzó a cambiar y a escucharse con los efectos
de sintetizadores de esos de películas de terror.
“…CotopaAAAaaaxiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiií…”
La voz dulce comenzó a cambiar y a escucharse con los efectos
de sintetizadores de esos de películas de terror.
Y
entonces, en medio de la oscuridad, apareció la bruja
en forma de araña gigante, cubierta de escamas verdes,
con cara monstruosa y espejuelos oscuros…
"Tu cara no me asusta."
-Dijo Cotopaxi mientras se orinaba de miedo en los panties que había robado.
La bruja tomó una profunda bocanada de aire y rugió con la voz más monstruosa
jamás antes escuchada por el Hada Degenerada...
en forma de araña gigante, cubierta de escamas verdes,
con cara monstruosa y espejuelos oscuros…
"Tu cara no me asusta."
-Dijo Cotopaxi mientras se orinaba de miedo en los panties que había robado.
La bruja tomó una profunda bocanada de aire y rugió con la voz más monstruosa
jamás antes escuchada por el Hada Degenerada...
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